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lunes, 22 de noviembre de 2010

Los amorosos

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.
 

Jaime Sabines 
Recuento de poemas, 1950-1993

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Mega ofrenda CU 2010



Parte de las pasadas celebraciones para día de muertos, fue la tradicional ofrenda que se realiza en Ciudad Universitaria, con muestras de gran creatividad por parte de algunas escuelas y facultades.






 Este año, el tema de las ofrendas se centró en el Centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México y el bicentenario de la Independencia; y otras pocas, sobre el centenario de la Revolución Mexicana. Los colores y el humor se dejan ver a traves de las diferentes representaciones y perspectivas sobre la muerte, honrando a diversos personajes de estas fracciones de la historia de nuestro país.




 Algunas de as ofrentas más representativas por su gran diseño, perfecta elaboración y gran importancia en las temáticas tratadas, son las de la Facultad de Medicina, y el tren realizado por los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria.


La Facultad de Medicina, se esmeró sobremanera en la realización de todo un set, recreando escenas de la historia de la medicina en nuestro país, específicamente en la UNAM, con gran ingenio las calacas de esta facultad resaltaban por encima de muchas otras.









El tren realizado por la ENP, resaltó por su gran magestuosidad, el tamaño y el diseño, hacía voltear de manera inmediata hacia él al arribar a "las islas".

La locomotora al inicio, un camarote y dos niveles más arrastrando, tocaron los dos temas principales de la ofrenda, el bicentenario de la Independencia y el Centenario de la UNAM.




Muchas otras ofendas resaltan por algún diseño especifico o la originalidad de los materiales con que fueron elaboradas, dandole un aire artístico e interesante al recorrido.



Las calaveras y catrinas que eran la parte central de la representación de muchas de estas ofrendas, trataban de mostrar una parte de la idea que tenemos de la muerte, no como algo escalofriante, sino como una fiesta en la que vivos y muertos conviven con alegría.





El espíritu puma no se hizo esperar, y algunas de estas ofrendas representaban figuras de pumas, escudos de la UNAM en diferentens estilos y materiales, además de una ofrenda realizada por la revista del equipo de futbol, que mostraba fotos de los jugadores y una cancha con calaveras.



 Sin embargo, aunque no todas las ofrendas tenían algun sello distintivo que las hiciera resaltar por encima de las demás, se notó el gran esfuerzo por parte de los realizadores, obteniendose una muestra de arte y cultura.

La muerte de la calavera


La huesuda brinca contenta
finalmente lo ha conseguido
han muerto las calaveras
y la tradición quedó en el olvido.
Las calaveras murieron
no es difícil de entender
se murieron de tristeza
nadie las quería componer.
De Baja California a Yucatán
se escucha el llanto del velorio
y es que papel y palabras
penan ya en el purgatorio.
Ya nadie las quería leer
decían que eran cosas de viejitos
flacas lágrimas de tinta
rodaban por sus ojitos.
Es trágica la muerte de esta tradición
culpa de todos los mexicanos
a los que olvidados en el panteón
calaveras y diablitos les trinchan el corazón.
La muerte viene de manita sudada
a su lado trae un monstruo gringo
entre hallowen y pizza helada
las calaveras al hoyo se echan un brinco.
La muerte presurosa no para de trabajar
los restos de las calaveras no son fáciles de arrastrar
"a estos versos ojerosos me los llevo a la tumba
para comer tamalitos y bailarnos una rumba"
"Ay pelona desgraciada, cruel será tu penitencia
maldecía una calavera, de la que la muerte no tuvo clemencia.
La última de las calaveras gritaba con dolor
"¡Ay canija! ¡ Ya me llevas! Pero con harto Amor.
La muerte contenta, de la calidad del cargamento
Baila, patina, canta y da saltos de contento
"para esta bola de calaveras, muy cruel será el tormento"
al hoyo fueron todas, ingeniosas o sin talento
el epitafio así lo dice: "Yace aquí del ingenio un buen invento"